Parece increíble, pero en pleno siglo XXI las brujas y los milagreros todavía son noticia.
En Rusia se aprobó una ley que prohibe la publicidad esotérica (negocio que asciende a 2.000 millones de dólares). El Estado así pone un límite a la proliferación de charlatanes.
Hace dos años fue condenado a prisión un curandero ruso que prometía resucitar a 200 niños fallecidos en el asalto a una escuela en el año 2004 a cambio de 1.300 euros por niño (valor equivalente a $7.200). Este caso no es excepcional dado que se trata de un país con una elevada fe en los brujos y existen más curanderos que médicos.
Una encuesta del mes de agosto pasado concluyó que el 20% de los rusos ha visitado alguna vez a un manosanta.
El patriarca de Moscú, de la Iglesia Ortodoxa Rusa, celebró la aprobación de la ley.
En mi opinión, no todos los que se dedican al esoterismo son estafadores. Creo que existen algunas personas que tienen poderes sobrenaturales y que la ciencia se debe encargar de estudiar estos casos inexplicables.
"Las brujas no existen pero que las hay...las hay" .
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